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viernes, 10 de julio de 2015


 AYUDAS AL CINE EN AUSTRIA. HOLANDA Y DINAMARCA




    En los años 80 se intensificó el debate  sobre la posibilidad de impulsar una industria de cine con ayudas anticipadas. En Austria, uno de los países de un tamaño pequeño en la Unión Europea - 83 871 kilómetros cuadrados de superficie  y 8 610 000 habitantes-, con una aspiración de mantener la calidad y el interés de su cine, pensaron que con las subvenciones anticipadas podrían lograrlo.  En 1980 establecieron por ley las ayudas anticipadas, pero en 1987 introdujeron  para conseguir efectos industriales las ayudas automáticas, que fueron refrendadas por la ley de 1998. Las ayudas automáticas se conceden por éxito comercial o por éxito artístico, pero en ambos casos deben superar un umbral de público. El éxito comercial se alcanzaba al superar los 50 000 espectadores y el artístico, cuando una película ha sido seleccionada por un Festival Internacional de Cine y superaban los 5 000 espectadores o los 3 000 si eran documentales.


Paraíso: amor
          Entre sus grandes directores cuentan no solo con Michael Haneke (Amor, 2012) y Ulrich Seidl (Paraíso: amor. 2012), sino también con´nuevos directores que triunfan en los Festivales y excelentes documentalistas, como Lilian Franc y Robert Cibis, que asombraron con Pianomania (2011) sobre el trabajo de un afinador de pianos que trabaja con grandes pianistas. Y han mantenido la tradición de la comedia austriaca con éxitos, como Poppitz de Niki List o Hinterholz 8 (1998) de Harald Sicheritz, ambas grandes éxitos de taquilla. Es un país que ha dado grandes cineastas, entre otros Alexander Korda, ,Billy Wilder, Joseph von Sternberg, Eric von Stroheim, Michael Curtiz, Fred Zinneman, Otto Preminger, Carl Mayer y el mismo Fritz Lang. Su apuesta es clara, la calidad es rentable.




      Conservan unas ayudas selectivas, concedidas por una comisión de diecinueve miembros, presidida por el director de  la ORF, el instituto oficial de cine austriaco, para proyectos culturales y primeras películas. La televisión es  un fuerte competidor, pero, a diferencia de lo que ocurre  en España, sirve para apoyar la calidad, ya que una comisión independiente es la que decide en qué proyectos entran las televisiones y no deciden estas con sus criterios comerciales y gusto convencional. El cine austríaco tiene la dificultad del idioma, semejante pero diferente del alemán, pero han conseguido con sus 14/16 películas producidas al año ser una de las cinematografías más respetadas.



           


         Interesa ver cómo otro pequeño país europeo consigue una cinematografía consolidada, Holanda. Su superficie es de 41 530 kilómetros cuadrados y su población es de 16,6 millones de habitantes. En 1956 estableció las ayudas para películas de alto presupuesto y con un director con experiencia. Estos requisitos cobran especial importancia hoy día en que es posible rodar películas con muy bajo presupuesto, que pueden llegar a tener un valor artístico, pero que no permiten construir una industria, ni sus autores pueden vivir de este trabajo. En 1983 crearon un fondo para películas de  interés cultural y artístico.




      Sin embargo es la política fiscal de desgravaciones, iniciada en 1999, la que ha facilitado el crecimiento del cine holandés,: 35 para inversiones en el cine y 30% para producciones para televisión. Las ventajas fiscales se amplían aprovechando las ya existentes sociedades de responsabilidad privada limitada (en sus siglas holandesas BV) que entre otras tienen la de no pagar impuestos po los dividendos. Otro factor importante es la compañía de televisión por cable Cobo, que opera también en Bélgica y Alemania. La televisión pública holandesa NOS, participa  en bastantes proyectos, pero es difícil negociar con ella, al estar programada por 12 sociedades de programación.



      Esta política ha permitido el desarrollo de una cinematografía de calidad pero pensada para tener en la mayoría de los casos éxito de público. Han destacado directores como Fons Rademakers, que llamó la atención internacional con su nominación al Oscar a la mejor película extranjera con Pueblo a la orilla del río (1958)  y fue finalmente recompensado con este Oscar por El asalto (1985)  o Paul Vehoeven, que alcanzó un gran éxito con Eric el oficial de la Reina (1977), trabajó en el cine norteamericano con gran aceptación internacional con Instinto básico (1992) entre otras y que vuelto a Holanda ha dirigido la interesante película El libro negro  (2006). En la actualidad sigue la buena racha del cine holandés, destacando  un cine de autor, Matterhorn  (2013) de  Diederik Ebbinge y un cine comercial bien realizado, Wolf  (2013) de  Jim Taihuttu.


Matterhorn

 

                Un modelo, para países que quieran tener una producción no muy elevada y una finalidad cultural y didáctica para la juventud,  se encuentra en Dinamarca, patria del legendario Carl T. Dreyer.  Dinamarca tiene una superficie de 43 014 kilómetros cuadrados y una población de 5 620 000 habitantes.  Cuentan con fondos de ayuda al cine, que nunca se han planteado reducir, sino aumentarlos. Son subvenciones selectivas que se conceden, por término medio, a películas que tienen garantizados un 65% de su presupuesto. Las ayudas se aprueban por razones culturales y artísticas, por su interés para la juventud y los niños y también para aquellos proyectos comerciales con una distribución garantizada. Las ayudas se conceden de acuerdo con el informe de tres expertos, uno de ellos en temas de juventud y didácticos, contratados por dos o tres años con plena dedicación. Esta característica del comité de expertos garantiza su independencia y es importante, diferenciándose de las comisiones como las españolas con amplia representación de asociaciones profesionales y regionales. Las ayudas son préstamos sin interés que se devuelven cuando las películas se amortizan- Las televisiones realizan precompras y en sus emisiones de cine la producción danesa supera el 20 % de la emisión de películas..






            Producen veinticinco largometrajes y una cantidad superior de cortometrajes y hoy día el cine danés es de los de mayor prestigio. Es un recuerdo la importancia de su industria en el cine mudo, y han renovado el atractivo de su cine recientemente con películas como El festín de Babette (1987)  de Gabriel Axel y las películas de Bille Augustt, Pelle el conquistador (1987), <La casa de los espíritus (1993) o La señorita Smila (1997). Lars von Trier lanza la corriente Dogma y triunfa con Europa (1990), Rompiendo las olas (1996) y Bailar en la oscuridad  (2000), Palma de Oro en Cannes. O en las recientes películas más minoritarias, como La caza (2012) de Thomas Vinterberg o La canción del mar  (2014) de Tomm Moore.


Bailar en la oscuridad


   Las ayudas públicas son válidas cuando tienen el impacto suficiente para financiar películas que tengan éxito en las salas de cine o en los Festivales Internacionales, y creen un marco en el que actúen inversores y televisiones públicas o privadas, completando la financiación. Austria, Holanda o Dinamarca marcan una orientación para que continúen produciéndose grandes e interesantes películas n los países de producción media. En España hay una confusión entre películas para las salas y obras digitales que antes llamábamos TV movies y que alguna puede estrenarse en salas de cine. Si se analiza a fondo la producción española de los últimos dos años, 174 películas cada año según los datos oficiales, veremos que hay 110 TV movies,, 20 obras de interés regional y solo 44 que podamos considerar películas. La política de ayudas debe adaptarse a esta realidad. No hay que tratar de reducir la producción española, ya lo está de hecho, Solo hay que actuar de acuerdo con la realidad.

       

               

3 comentarios:

  1. Esto lo deberian leer nuestras nuestras autoridades con competencia en materia cinematográfica , en el momento de desarrollar la normativa actual ; y sobre todo aplicar el sistema de Dinamarca en las ayudas selectivas que se intentan reimplantar

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  2. Es imprescindible, como dices, que el Ministerio de Cultura tenga en cuenta los modelos de ayudas selectivas que han funcionado biten y sobre todo el cambio que han introducido las televisiones y que hay que afrontar con una mentalidad moderna. Si las relaciones entre el cine y la televisión en España siguen las pautas actuales solo tendremos productores ejecutivos al servicio de las televisiones y no contaremos con productoras independientes de nivel competitivo.

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  3. Totalmente de acuerdo,pero es que además en las acciones de esos productores ejecutivos está la raiz de la perdida de nuestra básica identitad cultural cinematográfica. Dado que las televisiones han trasladado al campo cinematográfico los modelos que inspiran sus programaciones ,ajenas en gran medida a valores artísticos y culturales.Nuestras películas no son seleccionadas en los festivales internacioales porque no aportan nada en esos aspectos

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