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sábado, 7 de noviembre de 2015


       PROBLEMAS DEL DIRECTOR DE CINE


     Conversación con el director Nicholas Ray






              Bajo un cielo nublado, que contenía posibles lluvias otoñales, paseábamos desde el Hotel Avenida Palace, por la Plaza de Catalunya, hacia el Palau de la Música, donde aquella noche se iba a  proyectar Los dientes del diablo (1959). Nicholas Ray estaba en el apogeo de su carrera.  Había contribuido a renovar el melodrama y el thriller norteamericanos, incorporando a sus películas el inconformismo y las ideas de los jóvenes.  Nicholas Ray veía con claridad lo que es el cine y sabía explicar cómo se hace. Wim Wenders ha observado: “Es la persona más extraordinaria que he conocido y la más joven”. 


             Íbamos hablando de la utilización del color en el cine y recordé Rebelde sin causa (1955).
NR: Cuando vuelvo a ver al cabo del tiempo mis películas, no me parecen perfectas, pero “Rebelde sin causa” es una de las que estoy más satisfecho. Diría que es una de mis películas menos imperfectas. El color depende del trasfondo de cada película. No debe utilizarse para simbolismos fáciles, sino para matizar el sentido y la intensidad de la acción. El tono de los diálogos de una escena varía según el color de los decorados y del vestuario. No concibo el cine sin color, aunque hay películas que requieren solo el blanco y negro.

      


          Su primera película. , Los amantes de la noche (1948), es una película violenta, amarga, vislumbrándose la ternura en el amor de los dos protagonistas, una ráfaga de  vivo romanticismo. Hay una relación, que Ray repetirá a lo largo de su obra, entre los adultos y los jóvenes, claramente perdedores.

NR: Tengo predilección por “Los amantes de la noche”. Es mi primera película y me conmueve la triste historia de los dos jóvenes. Para que todo vaya bien hay que amar el tema de la película y depende también del ambiente del rodaje y de las limitaciones que te obligan a encontrar soluciones. Wright , mi maestro en arquitectura, me enseñó a saber aprovechar las limitaciones.
   
        
      Llamad a cualquier puerta (1949), su tercera película, es un retrato de los bajos fondos de San Francisco. 

NR: Tiene ritmo y el ritmo es muy importante para crear emoción, que es la esencia del cine.

En un lugar solitario

        Aumentó el prestigio de Ray con En un lugar solitario (1950). Su tema es un guionista violento e irascible, Dixon Steele (Humphrey Bogart). Acusado del asesinato de una joven- La violencia está presente en varias de sus películas.

NR: La violencia está en los argumentos. Yo suelo reducirla, porque no me gusta la violencia por la violencia.

     
Johnny Guitar

            Johnny Guitar (1954) muestra el nuevo lenguaje de Ray, aprovechando las posibilidades que ofrecía la gran pantalla al contar con el cinemascope, para la situación de los personajes. Es un western atractivo y raro, en realidad un western “psicológico”.  La película posee un color intenso.

  
NR: Hice esta película porque no me gustan ni la hipocresía, ni la falsa moral. En cuanto al color. Experimentamos mucho, pero lo más importante es la humanidad de los personajes, el enfrentamiento y las razones de la lucha de esas dos mujeres, junto al sufrimiento que representa abrirse camino en la vida y construir el propio destino.

  

            Rebelde sin causa  apasionó en Europa, entre otros a Truffaut, Jean-Luc Godard o Eric Rohmer, principalmente por su puesta en escena y la composición de los planos. Esta dramática y verídica historia afronta la crisis social. Los americanos adultos están satisfechos de haber recuperado su modelo de vida, pero no era bastante para entusiasmar a sus hijos.

NR: Me interesan los jóvenes. Reaccionan frente a la incomprensión de sus padres, que suelen pertenecer a una burguesía obsesionada con el bienestar, el automóvil, la nevera y el televisor. También intenté expresar que la violencia y la delincuencia juvenil no solo tienen lugar en los barrios bajos. Y me gusta  la relación que se establece entre los protagonistas, James Dean, Natalie Wood y Sal Mineo. James Dean sorprendía por su capacidad interpretativa. En el rodaje repetí bastantes tomas. Lo hago para captar la espontaneidad de los actores. Muchas veces los actores creen que no estoy rodando o que es un ensayo, y esa es la toma buena, la más natural.


Concedía gran importancia al guión, a la composición de cada plano y buscaba la complicidad de los actores, intentando siempre que los actores se identificasen con los personajes y con la historia para  alcanzar la autenticidad. Si no es así, consideraba que la película corría el riesgo de ser artificial.

NR: Los directores necesitamos comunicarnos bien con los actores. La película cuenta una historia y son los actores los que la interpretan. Es más importante que estar  pendientes de la cámara y de los objetivos, ya que la técnica del cine utilizada por un director es bastante simple. Lo importante es conseguir la verdad en lo que cuentas, para que los espectadores la perciban como real.

     
Más poderoso que la vida



            Más poderoso que la vida (1957)  no consiguió gran aceptación en EEUU, pero fue un éxito internacional. Es un melodrama exasperado, que se convierte en genial por la habilidad de Ray. 

NR: Me asombró y me agradó el hecho que “Cahiers du cinema” le dedicase un artículo de catorce páginas. Aunque a mí también me gusta como quedó.


    La última película que rodó en Hollywood fue Chicago años treinta (1958) tuvo gran éxito en EEUU y en todo el mundo y  MGM, se recuperó económicamente. Es un film de gángsters con un ligero toque de humor, incorporando magistralmente la danza. Es casi un “musical”, cine para el que Ray estaba dotado por su conocimiento de la música, demostrado en sus cuidadas bandas sonoras. Ray construye la película sobre las relaciones de Rocco Angelo (Lee J. Cobb) y su abogado Thomas Farrell (Robert Taylor) y  las que se crean entre Farrell y la bailarina Vicky (Cyd Charisse), amiga de Rocco y en los celos de Rocco causados por Vicky al dejarle y robarle la amistad de Farrell.

 En las películas de Nicholas Ray, los protagonistas luchan por adquirir una dignidad personal, a veces mediante la violencia y otras  intelectualmente, como Ed Avery en Más poderoso que la vida o el abogado Farrell, en Chicago, años treinta, en la que dice. “Quiero conseguir que unos me amen y otros me odien, pero que todos me respeten”. Tras esta película Nicholas Ray abandona EEUU para dirigir en Europa.


        Nicholas Ray había ya rodado diecisiete películas con gran fuerza dramática, creando un estilo, cuando  en Europa, realizó Los dientes del diablo (1959), una coproducción italiana, francesa e inglesa, que le obligó a rodar en los estudios de Cinecitta en Roma, Pinewood en Londres y en Canadá, empleando distintos equipos.



NR: Es la inocencia del salvaje con sus propias leyes y costumbres, creadas en contacto con la naturaleza. Las relaciones con los hombres blancos pueden hacerle perder su inocencia primitiva. Conseguimos un tono documental, pese a que buena parte se rodó en estudio y que se perdieron las imágenes rodadas en Canadá.

       
       Plantea el interrogante sobre si estamos ante un esquimal auténtico aunque Nicholas Ray no tenía dudas Tampoco Bob Dylan que le dedicó la balada "Anthony Quinn Skimo”.

NR: Anthony Quinn actúa y se mueve como un esquimal auténtico. Posee unas dotes innatas para crear personajes.


         A continuación dirigió en España, Rey de reyes (1960) y parecía contento, pese a la complejidad del rodaje.


N. Ray y Rita Gam en el rodaje de Rey de Reyes


NR: Me gusta la figura de Jesús joven, y su mensaje. Es una película de personajes y a la vez de masas. Elegí a Jeffrey Hunter porque tiene talento, imaginación y humildad .Posee una mirada reveladora de su profundidad interior. Desde un punto de vista material las escenas más complicadas de rodar fueron las del Sermón de la Montaña, con seis mil seiscientos extras y desde el espiritual, la tortura y la crucifixión de Jesús. Emociona y entretiene, me gustaría que coincida con la visión de Jesús por parte de los espectadores.

          Utilizó el objetivo inventado por el director de fotografía, Manuel Berenguer, presentado esa mañana en el II Coloquio Internacional de Cine en Color, que permite tener enfocados tanto a los personajes en primer plano como los del fondo. Se presentó en el Ayuntamiento, cuya arquitectura de transición del gótico al Renacimiento captó el interés de Nicholas Ray. Este objetivo permitió a Ray establecer una mayor relación de proximidad entre todos los personajes.

 No rodó mucho más y terminó su vida dando clases.      En 1979, gravemente enfermo, con un cáncer de pulmón, cuenta Susan Ray que se presentó en su casa Wim Wenders con la propuesta de Lighting over water (1980),  por lo que Ray se enfrentó con la muerte dirigiendo su última película.  

              Como él suponía murió antes de acabarla y fue terminada por Wenders, que le cambió el tituló, en homenaje a Ray, Nick´s Movie



      
REFERENCIA: Aprender cine de los maestros. Diálogos con Ray, De Sica, Truffaut, Cottafavi, Rovira Beleta Grau y las Nuevas Olas. Editorial FRAGUA,  E-Mail: pedidos@fragua.es
http://www.fragua.es/

  

        
               
      
      

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