Páginas TEMARIO

viernes, 12 de junio de 2015


UN PUÑETAZO A LA PROTECCIÓN AL CINE





     Los sistemas de protección al cine nunca han sido acordes con su carácter industrial. Solo las ayudas automáticas se han aproximado. La industria del cine forma parte de la economía de mercado. La intervención del Estado fracasa por su dirigismo, Así sonrojan afirmaciones oficiales acerca de que un país debe de producir solo un número de películas igual a los millones de habitantes que tenga. Es tan ingenuo, como afirmar que se debe producir una película por cada diez mil kilómetros cuadrados de superficie, que en el caso de España daría un resultado semejante y erróneo de  un máximo de 50 películas. EEUU produce 700 películas al año y tiene una población de 320 millones, muchas de ellas de  éxito, como Avatar (2009), que lleva recaudados 2 800 millones de dólares. China tiene 1358 millones de habitantes, por lo que su producción inundaría el mundo.





    El factor determinante de la producción es la oferta, los costos y los precios. No ha variado en el cine el número de películas que deben producirse, pero sí su forma de explotarse  y la demanda. En los años 60-70 disminuyó la demanda en salas de cine por la aparición de la televisión y la generalización del automóvil, En los 80 el aumento de canales de televisión y el desarrollo del vídeo y luego del DVD, redujeron nuevamente la demanda de las salas y aumentó la de los nuevos medios, como ocurre a partir del 2000 con´el desarrollo de Internet. La industria produce las películas que satisfacen los gustos de una audiencia variada y con películas que responden a la demanda de todos los medios. Hay películas que se dirigen solo a los públicos de las televisiones o del  DVD, aunque algunas se estrenen luego en salas de cine. El funcionario desnudo (1975) es una película para televisión de Thames TV con éxito en las salas de cine o Clara Campoamor, una mujer olvidada (2011) es una película para televisión de TVE, que podría haberse estrenado en salas.






       Las curvas de la demanda de los distintos mercados del cine, en periodos breves, comparada con la curva de la oferta, en el caso español, teniendo en cuenta los costos y la explotación en los distintos medios, además del precio correcto, muestra una producción a considerar entre 90 y 110 películas. Los mercados no son estáticos, sino dinámicos y más en los productos culturales como el caso del cine y el audiovisual. Estas películas deben ser las que decidan los productores, por lo que el sistema de ayudas no debe condicionar.les Los mejores resultados en un gran país como EEUU o en uno pequeño como Irlanda, han sido las desgravaciones, que movilizan un flujo financiero suficiente para consolidar productoras fuertes y desarrollar sectores emergentes como la animación. Si vemos los ejemplos europeos, esta desgravación debería acercarse  en España al 35 % para la producción nacional y para los rodajes de películas extranjeras en España al 25%. El sistema se completa con la concesión de créditos subvencionados. Desaparecerían las subvenciones anticipadas, que como sistema general acaban en dirigismo, o automáticas que precisan un buen control de taquilla por parte de la Administración. Solo se conservaría un fondo de ayudas pequeño para ayudas sobre proyecto a primeras películas y proyectos experimentales o comprometidos y para los cortometrajes. Los productores podrán financiarse y elegirán producir libremente los proyectos en que confíen, sea El Niño (2014) o Zipi y Zape y el club de las Canicas (2013) o probar suerte en las ayudas sobre proyecto con películas como Blancanieves (2012).





                                                                                                                                                         

     Un cambio radical en el sistema de ayudas, olvidándose de los sucesivos esquemas coyunturales de protección, que han mantenido el aliento cultural, pero que no han creado una infraestructura industrial, No solo faltan productoras con envergadura industrial, sino que cada vez hay menos profesionales que puedan ganarse la vida en el cine. Con el sistema de desgravaciones existirá industria cinematográfica. Podríamos decir de verdad que existe el cine español, una promesa y esperanza mantenida a lo largo de la historia de nuestro cine.






      

2 comentarios:

  1. Me parece perfecto , pero además hay que pensar en la amortización.Al productor español le llega el 22% del I.B. de taquila,por lo tanto, para un coste de 2 millones de euros el punto de amortización está en 9 millones de taquilla.¿Cuantas películas hacen esa taquilla?.No se puede perder la subvención en función de la taquilla

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si aceptamos un sistema de ayudas basado en las desgravaciones y las ayudas automáticas, entre ambas modalidades hay una relación, Una agravación del 20% es compatible con una ayuda automática del 15% con sus límites. Si se subiera la desgravación al 35%, caso Canarias, la subvención del 15% podría desaparecer. Y en cualquier caso el 15% es una ayuda a la amortización, por lo que en el caso de películas amortizadas por su explotación en taquilla, la ayuda a la amortización que supere este nivel debe ser reinvertida en otra película como ya se estableció en 1977.

      Eliminar