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sábado, 19 de marzo de 2016



      

 EL CINE ESPAÑOL PODRÍA SER UNA INDUSTRIA



75 años de protección

Coloquio sobre la protección al cine español



Estambul 65 (1965)


  En las reuniones y conversaciones animadas por críticos, directores, guionistas, es decir los grupos que más se manifiestan reclamando las ayudas públicas al cine, nunca han hecho propuestas en dirección industrial, aunque se quejasen de que no había industria. Al único que he oído siempre plantear este tema es a Luis García Berlanga, que en todas las reuniones afirmaba que "lo único que necesitamos es una secretaria mecanógrafa que copie la legislación de cine francesa y trasladar la Dirección General de Cine de Cultura a Industria". Hay otra excepción el "Coloquio sobre la protección al cine español", organizado por el Congreso Internacional Cinematográfico de Barcelona en 1963. Participaron numerosos profesionales y destacados especialistas, que más adelante intervinieron en el coloquio sobre el cine en el mercado Común: Joaquín Agustí, Presidente de la Federación Internacional de Distribuidores, Jean Claude Batz, Secretario General del Seminaire du Film,  del Instituto de Sociología de la Universidad Libre de Bruselas, Winfrid Bruneis, Director de Filmindustrie Oesterreich, Antonio Cuevas, Director de Ágata Films,  Jean Claude Degand, Director de Documentación del CNC, Miguel de Echarri, productor, Andrew W. Filson, Director de la Federation of British Film Makers, David Jato, Director Técnico de UNIESPAÑA, Rafael Mateo Tarí, Presidente del Grupo Nacional de Exhibidores, José Luis Pelegrín, Gabinete de Estudios de la Dirección General de Cine,  Wilhelm Petersen, Delegado de Export Union, Jean Pierre Saunier,  Organisation Mondiale de l´Image et du Son,  Barbet Schroeder, productor y director, José Antonio Suárez de la Dehesa, Gabinete de Estudios de la Dirección General de la Cinematografía, Jorge Tussell, presidente del Grupo Nacional de Productores, Ramón del Valle, Jefe de Estadística del SNE, Fernando Vizcaíno Casas, Gabinete de Estudios de la Dirección General de Cinematografía. La primera Conclusión afirma: Apoyar y fomentar la calidad del cine español con el fin de obtener la comercialidad. Los buenos films resultan siempre comerciales. La segunda reclama: Una protección efectiva al largometraje y al cortometraje español  y a su difusión internacional. Y en su tercera considera que: en las pantallas españolas no hay ningún motivo de escándalo por lo que no hay razones para la censura. El conjunto de conclusiones se refieren a la legislación en el extranjero sobre protección al cine;  la difusión nacional e internacional del cine español; el cine español frente al público; la distribución del cine español; el control de taquilla y la exhibición del cine español.  Tienen gran valor las afirmaciones modernas en las Conclusiones del Coloquio sobre la necesidad de pensar en los espectadores y en la difusión del cine español y la reclamación de una protección basada en la  aceptación del publico.  Se reconoce claramente el valor cultural y artístico del cine, sin olvidar la necesidad de que sea un espectáculo.


Huella de luz (1943)


           Todos los sistemas de ayudas al cine español han obtenido los mismos resultados: mantenimiento de un nivel de producción aceptable y un cierto número de películas interesantes cada año desde 1941. La primera medida  de ayuda fue la creación del crédito sindical el 23 de abril de 1941. Y desde entonces la concesión de créditos bonificados es una de las medidas claves de la ayuda del Estado al cine. Junto a ellos las desgravaciones por inversión en la producción y la obligación de las televisiones de invertir en el cine son medidas que contribuyen al desarrollo industrial del cine. Sin embargo la estrella de las ayudas para la gente del cine son las subvenciones del Estado a la producción. Es el principal tema de las reivindicaciones de este sector. En España hemos vivido seis etapas diferentes, incluida la actual. 1: entre el 10 de diciembre de 1941 hasta 19 de agosto de 1964 las películas eran calificadas  por una Comisión de la Administración y según la clasificación recibían un número de permisos de importación y licencias de rodaje, que los productores negociaban en el mercado. 2: entre  el 19 de agosto de 1964  y el 27 de diciembre de 1983 las ayudas fueron automáticas recibiendo una cantidad de acuerdo con el número de espectadores, y además un grupo de películas podían recibir cantidades anticipadas, si una Comisión declaraba de interés especial el proyecto. 3: del 27 de diciembre de 1983  hasta el  23 de agosto de 1989 las ayudas fueron otra vez anticipadas concedidas de acuerdo con su valoración por una Comisión, aunque se conservaba un porcentaje de ayuda automática. 4: del 23 de agosto de 1989 hasta 29 de junio de 1997 coexisten dos sistemas, el anterior de subvenciones anticipadas y uno de ayudas automáticas con una ayuda complementaria al llegar a un nivel de recaudación establecido. La Administración fue aumentando el atractivo de este segundo sistema, haciendo cada vez más accesible la ayuda complementaria. 5: a partir del 29 de junio de 1997 todas las ayudas son automáticas con una ayuda complementaria, existiendo a la vez una ayuda sobre proyecto para películas de valor artístico y primeras películas. 6: este modelo ha estado vigente hasta  el Decreto Ley 5 de diciembre del 2015, que vuelve a hacer todas las ayudas anticipadas y concedidas por  clasificación previa a la producción.


     
Cría cuervos (1976)

  Las subvenciones anticipadas no han tenido buenos resultados por no dar seguridad a los productores y depender de los gustos de los miembros de las Comisiones, con lo que se traduce en planteamientos proyecto a proyecto, y creando un marco en el que no es posible que surja una industria.. En él los productores están más pendientes de la opinión de los miembros de la Comisión que del público. El hecho de que durante la primera etapa, la clasificación fuese a posteriori permitió proyectos más arriesgados. Las ayudas automáticas trajeron aire fresco en 1964, pero la existencia de películas de especial interés, concedidas por una Comisión lastró sus posibilidades industriales,  sin embargo las décadas de los 50 y 60 están entre las más brillantes de nuestro cine desde el punto de vista creativo. En 1971 se tomaban unas medidas que limitaban el interés especial y se llegó a establecer la obligación de invertir en nuevas películas parte de los beneficios, teniendo curiosamente buenos resultados en la producción, ya que esta década de los 70, bastante desconocida,  no desmerece de las dos décadas anteriores. En 1983, el predominio de las subvenciones anticipadas tuvo un arranque brillante, pero pronto llevó al cine español a uno de sus peores momentos. La reacción, a partir de 1992 para volver a un modelo de ayudas automáticas, tuvo buenos resultados desde 1995, viviendo el cine español una etapa brillante entre 1997 y 2005. Sin embargo tampoco se llegó a consolidar una industria, debido a la existencia de las ayudas complementarias, que al igual que las ayudas anticipadas animaba a una comercialidad discreta y a evitar riesgos industriales, ni a fomentar grandes productoras que pudieran desarrollar planes de producción y una política de explotación internacional.

     
La vaquilla (1985)


Francia y Alemania han tenido siempre el mismo modelo de ayudas: automáticas de acuerdo con el número de espectadores y obligación de reinvertir esta ayuda en una nueva película, forma de contar con unas productoras que tienen una actividad continuada, que dan lugar a un sector industrial. Junto a ellas las ayudas sobre proyecto a películas de interés o nuevos realizadores. Y una generosa política de créditos, desgravaciones y colaboración con las televisiones. Dados sus buenos resultados Italia a aprobado contar con el mismo modelo a partir de 2017. España podía tener este mismo modelo de los grandes países europeos. Bastaba que en el  modelo vigente hasta diciembre de 2015, se hubiese suprimido las ayudas complementarias, y establecido la obligación de reinvertir la ayuda y aumentado las desgravaciones. Tendríamos un sector ayudado, como lo son otros industriales, capaz de desarrollarse con sus medios pero sin la debilidad de todo sector subvencionado. El cine sería una industria y los profesionales tendrian trabajo, al revés que ahora que es un sector que lidera el paro.

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