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domingo, 23 de julio de 2017

  RELACIONES  CINE TELEVISIÓN

       

              CONCLUSIONES DE BARCELONA


       Andrew Filson, Claude Degand, Adolphe Trichet, 
       

                                Jean-Claude Batz



        
Palacil de las Naciones


    

Andrew Filson 
  La aparición de la televisión cayó como una bomba en el sector de a exhibición. En 1965 habían
transcurrido suficientes años para considerar el tema cine-televisión con objetividad y con la experiencia de su coexistencia. Ese fue el temario del Congreso Internacional Cinematográfico celebrado, en 1965, en el Palacio de las Naciones de la Feria Internacional de Muestras de Barcelona, en el que se presentaron treinta ponencias. El espíritu del Congreso lo revelan las palabras de Andrew Filson, director de The Federation of British Filmakers: "
Son rivales pero deben colaborar juntos. Las películas que  estrenamos en las salas son más atractivas y motivan a los espectadores a salir de casa. Las antiguas películas que emiten las televisiones permiten valorar el cine actual. Las salas deben renovar sus equipos de proyección, pantallas, butacas y la decoración para ser más confortables y acogedoras. No hay que prohibir la venta de películas a las televisiones. Entre los "mass media",  cine y televisión ocupan un lugar aparte por utilizar ambos las técnicas de la imagen y el sonido". Claude Degand, director del Servicio de Documentación del CNC, añadía: "Hay que tener en cuenta su interdependencia, bien se trate de competir o de colaborar". Ambos fueron ponentes y participaron en los debates, junto a economistas, sociólogos, juristas, autores y profesionales.



     Las Conclusiones han sido confirmadas por la realidad y siguen siendo actuales:

1.- Necesidad de desarrollar relaciones entre el cine y la televisión.

2.-  Para ello es necesario establecer acuerdos entre los sectores del cine y los organismos de televisión, existiendo en sus políticas una coordinación y un fomento por parte de la Administración pública.

3.- Felicitarse porque la nueva Ley aprobada por la República de Italia establezca bases para las relaciones en sus artículos 2 y 55. Igualmente en el Proyecto de reforma del CNC francés se recogen las siguientes medidas para fomentar las relaciones: a) Desarrollo de las coproducciones entre cine y TV; b) compra por las televisiones de mayor número de films franceses; c) Revisión de la programación publicitaria  de las televisiones en favor del cine; d) Entente entre las industrias técnicas del cine y la televisión; e) Problemática de las retransmisiones en directo en las salas de cine de grandes acontecimientos.

4.- Recomendar a los Organismos Internacionales de cine y televisión y a las Administraciones públicas de los distintos países la importancia de regular y normalizar las relaciones entre el cine y la televisión. 


Adolphe Trichet


           Los productores y los distribuidores veían posibilidades de colaboración, era más difícil para los exhibidores, aunque estaban predispuestos a ello. Adolphe Trichet, Secretario General de la Unión Internacional de Exhibidores de Cine, reconoció que no reclamaban la exclusividad de las películas y que ambos medios son complementarios. La Unión había encargado diversos estudios, cuyo principal propuesta fue reservar los estrenos de las grandes ,películas a las salas de cine por un plazo, que a las televisiones les permitiera, a su vez, emitirlas con el prestigio de la película obtenido por su proyección en las salas. El cine y la televisión se consideraban dos ramas de la misma familia de la imagen animada y sonora, hoy diríamos del audiovisual. La competencia total sería devastadora para la exhibición y por lo tanto para todos los sectores, incluida la televisión que se quedaría sin las películas. Las salas de cine proyectarán películas espectaculares, innovadoras, de gran calidad técnica y las televisiones, caracterizadas por la información y una ficción propia más modesta, junto a las series. Claude Degand  consideraba que "la televisión rendirá al cine el mejor servicio posible, al obligarlo a reencontrar el culto por el esfuerzo y por la calidad, regeneración que aportará el mayor beneficio al público, que paga su entrada y al arte, tras el cual prospera la industria y el comercio".


Sesión del Congreso

    A partir de 1980 en EEUU no existe el problema de la rivalidad, De manera natural en una sociedad de libre comercio se crearon los grandes "conglomerados", capitaneados por bancos, compañías  de electricidad y, empresas de electrónica, de las que dependen los grandes productores de cine, las majors", y las televisiones. Las "majors", siguieron produciendo películas y series. igual que ente 1970 y 1979 que era obligatorio para las televisiones encargar sus programas de ficción a los productores, a propuesta ed Carter con la intención de reducir el poder de las grandes Cadenas de TV. Las televisiones de pago aumentaron la aproximación entre este medio y el cine. Conocedor y admirador del desarrollo de ambos medios en EEUU, Jean.Claude Batz, doctor en derecho y profesor de la Universidad Libre de Lovaina, en su intervención aclaró: "Es sintomático que para hablar de la evolución del cine frente a la televisión en EEUU se hable de adaptación, mientras que en la Europa continental se utiliza el de normalización de las relaciones cine-televisión, que es un concepto un poco distinto". Batz, partidario del libre mercado, cree que el actual modelo norteamericano de relaciones naturales es el mejor, pero reconoce que en Europa la existencia de poderosas televisiones púbicas establece una situación distinta. Su propuesta es la coproducción entre estas televisiones y los productores y la colaboración también en la distribución, que permite a los productores contar con presupuestos más elevados y una mejor y más amplia distribución.


Y la vida continua (1984, RAI-TVE)

     En España desde el Primer Acuerdo de TVE con las Asociaciones de productores en 1983, que introdujo los derechos de antena en favor de los productores, hasta la Ley del Cine de 2001 siempre ha habido una negociación cine-televisiones, salvo à incorporación en 1999 de la norma de la Comisión europea sobre la emisión obligatoria por parte de las televisiones de una cuota de producciones europeas. Igual política desarrollaron las Televisiones europeas, participando en las mejores películas. El establecimiento de normas obligatorias a las televisiones en favor del cine, sin una negociación con las televisiones, ha enturbiado sus relaciones con los productores en España. Y como, pese a las normas, siempre hay formas de evitarlas imponiéndose el más fuerte, en este caso las televisiones, que en realidad se están convirtiendo en las auténticas productoras y tienden a que los productores sean solo ejecutivos. Hay que recuperar el espíritu de la negociación practicado por los que hicieron grande al cine.


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