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domingo, 21 de febrero de 2016







           RELATOS CORTOS


      El cortometraje tiene el mismo valor artístico que el largometraje

      La necesaria exhibición en salas de los cortos

  
Trueno rojo


                     Las películas, largometrajes y cortometrajes, son productos que se completan con la proyección en las salas de cine. Otras modalidades de contemplarlas o explotarlas son alternativas. Las sesiones de cine comprendían la exhibición de largometrajes y cortos, hasta que el aumento de la duración de las películas, la aparición de nuevos medios de difusión y los cambios en la economía cinematográfica expulsaron los cortos de la mayoría de las salas. Los cortometrajes son arte en igual medida que los largometrajes y hay temas que requieren la duración de un cortometraje. Bastantes películas de largometraje no son más que un corto alargado. Los cortos subsisten cinematográficamente gracias a las pantallas de los Festivales de cine de cortometrajes, afortunadamente cada vez más numerosos, que cumplen esta labor artística y cultural. Y los conoce el público al leer los premios de Festivales, los Oscar o los Goya. Cualquier política cinematográfica requiere una atención mayor a la producción de cortometrajes y a su circulación por las salas.


Ballon rouge

          La década de los 50 conoció en España la explosión de los cine-clubs que entre sus sesiones dedicaban especial atención a los cortometrajes. Crin blanc (1953), historia de un caballo salvaje que solo se siente bien con un niño, y en especial Ballon rouge (1956) la ralación´de un niño con un globo que parece tener vida propia estaban entre las sesiones favoritas. Ambos de Albert Lamorisse habían obtenido la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Los cortos de dibujos animados de la UPA, creada por Stephen Bosustow tenían una estética diferente a Disney y se admiraba a Mr. Magoo, personaje que esquivaba los peligros sin darse cuenta y que confundía una farola con un guardia, siempre acompañado por su viejo perro y su sobrino que trataba de ayudarle. Y en el campo experimental eran fascinantes los cortos de Norman Mc Laren, como Neighbours (1952) y Blinkity blanc (1955), ganador de la Palma de Oro de Cannes en 1956. Era capaz de obtener dibujando y manipulando el celuloide, sin cámara, efectos que hoy se consiguen con alta tecnología e impregnaba sus obras de un espíritu contrario a la guerra y la violencia.






              Los directores de cine y los teóricos interesados en descubrir los secretos del lenguaje del cine analizaban las películas de Griffith, Pudovkin, Eisenstein o las obras de los expresionistas alemanes, en cambio los  pragmáticos desentrañaban  muchos de los secretos del montaje y encuadres de los cortos de humor  norteamericanos. El cine cómico impulsó los hallazgos de la expresión cinematográfica. Fueron decisivos un Pierrot fantástico, Harry Landgdon, la inteligencia de Roscoe Arbuckle, que es principalmente admirando como actor, nuestro “querido Fatty”, siendo también un director del nivel de Chaplin. El humorismo sobrio y serio de Buster Keaton, que participaba en el guión y la realización de las películas que interpretaba, marcó un estilo en One week y Playhouse (1922). Max Linder, rey indiscutible de la tarta y las persecuciones y Mack Sennet, dominador del absurdo y la comicidad grotesca, abrieron campos al montaje, al “gag” y a las situaciones cómicas. Chaplin alcanza un estilo propio de comedia visual a través de sus experimentos en numerosos cortometrajes. desde Ganándose la vida, Charlot vagabundo o Charlot prestamista.




Café para llevar



             Los cortometrajes españoles tienen  gran calidad, pero escasas probaibilidades de llegar a un gran número de espectadores. Aparte de los Festivales y algunas salas de cine, las Cadenas de televisión públicas y privadas deberían dedicar espacios de una hora a emitir cortometrajes con los que podrían crear programas atractivos. Los cortos son buenos y se puede contar con sus directores, actores o técnicos y en muchos casos con los making off. Constituyen un género expresivo, dentro del cine, que en un breve tiempo, normalmente entre 6 y 20 minutos,  cuentan cualquier tipo  de historia de manera creativa. Así hemos visto. este año,  El corredor de José Luis Montesinos, dura broma y venganza a un antiguo jefe de empresa, bien interpretado por Miguel Ángel Jenner y Luis Andrés o  Café para llevar de Patricia Font e interpretado por Alexandra Jiménez y Daniel Grao, un relato con intensidad de cómo un encuentro casual descubre un amor imposible. La animación española destaca por la creatividad también en los cortos, como Alike,  dirigido por Rafael Cano Méndez y Daniel Martínez Lara, una iniciativa de alumnos de Pepe-School Land y Digital Rebel School; utilizando el sistema Linux y aplicaciones como Blender, consiguen una animación, original y atractiva para comuncar lo equivocada que es a veces la enseñanza que los padres se empeñan en dar a sus hijos. Álvaro Ron ha rodado en Los Ángeles Trueno rojo, un buen ensayo de ciencia ficción.




El corredor


    El corto es la narrativa más utilizada en el cine con autores de gran talento. Es excelente el humor del corto británico Semáforos de Giullio Ricardelli rodado en la campiña sobre un guardia obsesionado por los semáforos de un viejo puente. El ambiente turbio del noruego Amor de Thomas Wangsmo, que nos muestra un joven con una anómala forma de aproximación a las mujeres. Entre los franceses destaca el número de cortos de animación, como Les escargots de Joseph de Sophie Roze  que narra la peripecia de un niño coleccionista de caracoles. En los Oscar de este año ha habido nominados muy valiosos, como la conmovedora y humorística historia de Tartamudo de Benjamín Cleary, ya que su protagonista debe enfrentarse a su defecto de dicción o Day one, singular relato del primer día de trabajo de un traductor con un grupo antiterrorista, cuando descubre la brutal realidad.  Los cortos no son solo empeños de jóvenes, así vemos en animación, a  un maestro, Richard Williams con  Prologue  en el que una niña cuenta el proyecto de Williams sobre la lucha de atenienses y espartanos o  Historia de un oso de Gabriel Osorio Vargas, que consigue que un oso en un teatro de marionetas cuente su propia historia. 
            

Alike



            Los cortos como los largos necesitan ayudas públicas y en mejores condiciones, existiendo en todos los países europeos. Las ayudas a los cortometrajes del ICAA son correctas. Los seleccionados sobre proyecto tienen como límites de la ayuda la inversión del productor o el 75% del presupuesto y las ayudas a los cortos realizados el 75% del costo. El problema es que la dotación presupuestaria es baja, por lo que se debería aumentar la partida que corresponde a ayudas a cortometrajes, ya que tiene que distribuirse entre todos los cortos seleccionados por la Comisión correspondiente. Y habría que apoyar con mayor amplitud la promoción nacional e internacional. En cuanto a promoción y posibilidad de ver cortos en pantallas todos los Festivales internacionales de cine les reservan un espacio, pero precisarían más apoyo público y de patrocinadores. Son los festivales específicos los que realizan una labor más importante, como el de Medina del Campo, Alcalá de Henares, Curtsficcions en Barcelona, Cinema Jove en Valencia. En realidad en todas las grandes ciudades existen estas manifestaciones. siendo varias las existentes en Madrid, como Fuenlabrada, Carabanchel o el Festival de Cortometrajes de Humor de la Comunidad de Madrid.



           
Prologue



           El Fondo de Protección a la cinematografía debe reservar entre el 17 y el 20% para las ayudas a jóvenes realizadores y a cortometrajes y de la parte destinada a promoción un 20% para ayudas a la difusión de cortometrajes y apoyo a los Festivales y Muestras de cortometrajes.

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