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domingo, 25 de septiembre de 2016


LAS MEJORES  DESGRAVACIONES AL CINE


Beneficios fiscales de la inversión en películas


Funcionamiento de las AIE Ver Incentivos fiscales



            La desgravación a lasinversión en producción cinematográfica es la ayuda más acorde con su naturaleza industrial  que se utiliza como única modalidad de ayuda o bien como complementaria de las distintas subvenciones. La desgravación tiene como efectos el aumento del número de rodajes y un impacto en la economía de la zona en que tienen lugar los rodajes. A la vez eleva el Producto Interior Bruto (PIB),  así, en los países en los que desgravan las inversiones a la producción cinematográfica, su participación en el PIB es del 0,06, mientras en los países sin estas desgravaciones se reduce al 0,01. El productor cinematográfico capta con esta herramienta fiscal los capitales necesarios para su producción. Hollywood quedó descapitalizado en los años 60, aprobánndose para resolverlo un modelo de desgravación entre 1969 y 1976, que con las medidas de obligar a las grandes Cadenas de televisión, ABC, CBS y NBC, a encargarle la producción de la series, vigente hasta 1985, permitió la revitalización de los Estudios de Hollywood y benefició a los productores independientes que produjeron interesantes películas, como Alguien voló sobre el nido del cuco de Milos Forman. Desaparecido este modelo a nivel federal y Luisiana fue el primer Estado en establecer un sistema de desgravaciones, existiendo en la actualidad  en treinta y nueve Estados con el fin de ataer r rodajes a los mismos.



    Entre los países europeos destacan Francia, Italia, Bélgica y las Comunidades  de España, Canarias y Navarra, utilizando todos ellos la desgravación, como complemento a las subvenciones para sus películas nacionales. E Irlanda y Holanda en las que representan la ayuda fundamental. Francia mantiene su elevada producción, 300 películas de largometraje, pero sufre como todos los países la competencia de los otros medios audiovisuales. Han hecho frente a esta situación subiendo los Incentivos fiscales a la inversión en la producción,  en diciembre de 2014. La desgravación  fisca, en su caso devolución de impuestos, es del 30% para las películas de un presupuesto inferior a 4 millones de euros, y además se ha ampliado  la desgravación del 30% a  las películas de un presupuesto inferior a los 7 millones de euros.   La mayor parte del buen cine francés se encuentra en la franja presupuestaria. de 4 a 7 millones de euros. Para las películas internacionales rodadas en Francia se sube la desgravación del 20 al 30%. Igualmente para fomentar las películas de animación el tipo de desgravación se sube del 20 al 25%.  La producción cinematográfica francesa tiene un impacto económico de 7500 millones de euros y el CNC calcula, que por cada 12,2 euros invertidos en producción, el Estado ingresa 3,3 euros. lo que justifica el interés del Estado en mantener la fortaleza de la industria del cine y la producción de series de televisión. El cine francés ha alcanzado notables éxitos de público, sin olvidar nunca el cine de calidad como Hipocrates (2014) de Thomas Lilti y su afición a las coproducciones como Bacalaureat (Francia, Rumania y Bélgica), dirigida por Cristian Mungu.




   Las desgravaciones por inversión al cine se aprobaron en Italia en 2014: un 25% con el límite de cinco millones de euros, tanto para producciones nacionales como rodajes de extranjeras. El conjunto de desgravaciones no podía superar en 2015, los 115 millones de euros; en 2016 este límite se ha elevado a 140 millones por los buenos resultados. El cine italiano ha producido en 2014, 171 largometrajes y en 2015, 187, con películas, como La juventud  de Paolo Sorrentino, con  reparto internacional, películas entretenidas como Quo vado? (2014) de Gemaro Nunziante y han vuelto a rodarse en Italia importantes películas extranjeras, como la nueva versión de Ben Hur o el último James Bond, Spectre, que han dejado en Italia 163 millones de euros. Las desgravaciones, devolución de impuestos, se elevan a partir de 2017 al 30% para productores, distribuidores y salas de cine que proyecten películas italianas sean nacionales o extranjeros los productores o distribuidores. Esta desgravación  puede ser del 40% para productores independientes que distribuyan sus propias películas. Y la restauración de salas de cine históricas y la restauración de películas tienen también derecho a la desgravación del 30%.



           En Irlanda la Ley Cinematográfica de 1970 fue el primer paso para impulsar  su cine propio. El Irish Film Board se crea en 1981 y las ayudas a la producción fueron reemplazadas en la práctica por un atractivo sistema de desgravaciones creado por la Ley de  Finanzas de 1987, conocida como la Sección 35. Esta iniciativa capta inversores de sociedades y de personas físicas, ya que permite desgravar hasta el 32% del 80%  del presupuesto,con el limite de la obligación fiscal. Aportan una financiación media del 60% en las películas de bajo o medio presupuesto y del 50% en las de alto presupuesto. De esta forma se ha podido desarrollar el cine irlandés, que  ha aumentado su producción a 32 largometrajes ya en 2014, lo que no está nada mal en un país de 4 600 000 habitantes. Anteriormente su producción oscilaba entre 1 y 5 al año. La finalidad de estas desgravaciones es la creación de empleo, el desarrollo del interés de los inversores y la producción de películas de calidad, que sean aceptadas por el público. Las ventajas fiscales han impulsado las coproducciones en las que directores de otros países captan perfectamente la realidad irlandesa. El interés de las desgravaciones atrae el rodaje de películas  extranjeras de alto presupuesto. Mientras el cine netamente irlandés aumenta su aceptación con películas como La habitación (2015) de Lenny Abrahamson o Brookyn (2015) de John Crowley.




            El impulso del cine en Holanda se debe a  la política fiscal basada en las desgravaciones, iniciada en 1999: 35% para producciones de cine y 30% para producciones para televisión. Las ventajas fidcales se amplían aprovechando las ya existentes Sociedades de responsabilidad privada limitada (conocidas por sus siglas holandesas BV) que entre otras ventajas no pagan impuestos por los dividendos.. por término medio. Esta política ha permitido el desarrollo de una cinematografía de calidad, pero pensada para tener en la mayoría de los casos éxito de público, ya que como en Irlanda deben amortizarse con el público.  En la actualidad sigue la buena racha del cine holandés que interesa a los espectadores, destacando  al timpo un cine de autor, Matterhorn  (2013) de  Diederik Ebbinge y un cine comercial bien realizado, Wolf  (2013) de  Jim Taihuttu.


              Las productoras que tienen su domicilio en Canarias desgravan el 40% del primer millón de euros y desciende al 38% con el límite 5 400 000 euros. Los rodajes de películas extranjeras tienen una desgravación del 35% con el límite de 4 500 000 euros.  Los últimos tres años se ha producido un boom de rodajes en Canarias debido a estas ventajas fiscales. En los últimos tres años se han rodado más de 20 películas; Ron Howard, En el corazón del mar  (2015)  y Ridley Scott Exodus (2014)dejando unos ingresos en Canarias, entre ambas, de 12 millones de euros. En conjunto, desde hace cuatro años, los ingresos han sido de 130 millones de euros. También las notables deducciones para películas españolas ha atraído el rodaje de películas españolas de otras Comunidades- El régimen fiscal propio de Navarra y País Vasco les ha permitido establecer unas desgravaciones superiores para los rodajes en estas Comunidades del 35% y del 30% respectivamente.


El hombre de las mil caras

    El sistema español es complejo, por lo que ha tardado en generalizarse. Regulado por la Ley del Cine de 2007 y por la Ley del Impuesto de Sociedades de 2004, hoy día es imprescindible para gran parte del cine español. La desgravación actual es del 20% para el primer millón de euros y baja al 18% hasta el límite de 3 millones de euros. Es necesario que el productor cree una Agrupación de Interés Económico (AIE), que tiene personalidad jurídica y carácter mercantil y es la herramienta fiscal para  captar a los inversores que deben ser sociedades o personas físicas que pertenezcan a la categoría de trabajadores autónomos. Pueden desgravarse todos los gastos de rodaje, incluyendo copias, promoción y publicidad, excluidos los costos de distribucióñ y las subvenciones. El inversor trata de garantizarse la devolución, por lo que habitualmente pacta cubrir el riesgo de su inversión con el importe del beneficio fiscal, mientras por su parte el productor quiere  que los beneficios que obtenga la explotación de la película sean para él. La Agrupación de Interés Económico no tiene ánimo de lucro para sí misma.

  

                         La AIE se inscribe como  productora en el Registro correspondiente del Ministerio de Cultura. Actúa como  productora a través de su inversión y adquiriere la titularidad de los derechos, participando en los acuerdos correspondientes con el productor, que actúa como productor ejecutivo. La AIE actúa, en nombre y por cuenta propia, en los contratos de financiación con las  entidades bancarias, cobra las subvenciones públicas y firma los contratos de venta de derechos y distribución. El productor original de la película entra en la AIE con una cesión de los derechos adquiridos sobre el guión. Existe absoluta flexibilidad temporal para invertir en cualquier momento de la producción y antes de la calificación por el Ministerio de Cultura. Hay libertad para mantener la AIE o disolverla, aunque lo normal es la disolución a los cinco años de su constitución. tiempo necesario para la producción, normalmente dos años, y tres  la amortización. La AIE es la titular de los derechos de propiedad intelectual de la obra audiovisual en tanto la AIE está activa. Cuando se liquida la AIE, el productor original, mediante una transferencia de derechos, recupera para su productora la propiedad de la película.  Se trata de una sociedad en régimen de transparencia fiscal, la opacidad en los modelos de desgravación llevan a abusos que terminan con su suppresión, como ocurrió en EEUU y ahora se corre el mismo riesgo en Bélgica donde han sufrido varias defraudaciones. 


Ver INCENTIVOS FISCALES
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