LAS MEJORES DESGRAVACIONES AL CINE
Beneficios fiscales de la inversión en películas
Funcionamiento de las AIE Ver Incentivos fiscales
La desgravación a lasinversión en producción cinematográfica es la ayuda más acorde con su naturaleza industrial
que se utiliza como única modalidad de ayuda o bien como complementaria de las distintas subvenciones. La desgravación tiene como efectos el aumento del número de
rodajes y un impacto en la economía de la zona en que tienen lugar los rodajes.
A la vez eleva el Producto Interior Bruto (PIB), así, en los países en
los que desgravan las inversiones a la producción cinematográfica, su participación en
el PIB es del 0,06, mientras en los países sin estas desgravaciones se reduce
al 0,01. El productor cinematográfico capta con esta herramienta fiscal los
capitales necesarios para su producción. Hollywood quedó descapitalizado en los
años 60, aprobánndose para resolverlo un modelo de desgravación entre 1969 y 1976, que con
las medidas de obligar a las grandes Cadenas de televisión, ABC, CBS y NBC, a
encargarle la producción de la series, vigente hasta 1985, permitió la revitalización de
los Estudios de Hollywood y benefició a los productores independientes que
produjeron interesantes películas, como Alguien voló sobre el nido del
cuco de Milos Forman. Desaparecido este modelo a nivel federal y Luisiana fue el primer Estado en establecer un sistema de desgravaciones, existiendo en
la actualidad en treinta y nueve Estados con el fin de ataer r rodajes a los
mismos.
Entre los países europeos destacan Francia,
Italia, Bélgica y las Comunidades de España, Canarias y Navarra, utilizando todos ellos la desgravación, como complemento a las subvenciones para sus películas
nacionales. E Irlanda y Holanda en las que
representan la ayuda fundamental. Francia mantiene su
elevada producción, 300 películas de largometraje, pero sufre como todos los
países la competencia de los otros medios audiovisuales. Han hecho frente a
esta situación subiendo los Incentivos fiscales a la inversión en la producción, en diciembre de 2014. La desgravación fisca, en su caso devolución de impuestos, es del 30%
para las películas de un presupuesto inferior a 4 millones de euros, y además se
ha ampliado la desgravación del 30% a las películas de un
presupuesto inferior a los 7 millones de euros. La mayor parte del
buen cine francés se encuentra en la franja presupuestaria. de 4 a 7 millones
de euros. Para las películas internacionales rodadas en Francia se sube
la desgravación del 20 al 30%. Igualmente para fomentar las
películas de animación el tipo de desgravación se sube del 20 al 25%.
La producción cinematográfica francesa tiene un impacto económico de 7500
millones de euros y el CNC calcula, que por cada 12,2 euros invertidos en
producción, el Estado ingresa 3,3 euros. lo que justifica el interés del Estado
en mantener la fortaleza de la industria del cine y la producción de series de
televisión. El cine francés ha alcanzado notables éxitos de público, sin
olvidar nunca el cine de calidad como Hipocrates (2014) de
Thomas Lilti y su afición a las coproducciones como Bacalaureat (Francia,
Rumania y Bélgica), dirigida por Cristian Mungu.
Las desgravaciones por inversión al cine se aprobaron en Italia en
2014: un 25% con el límite de cinco millones de euros, tanto para
producciones nacionales como rodajes de extranjeras. El conjunto de desgravaciones no
podía superar en 2015, los 115 millones de euros; en 2016 este límite se ha
elevado a 140 millones por los buenos resultados. El cine italiano ha producido
en 2014, 171 largometrajes y en 2015, 187, con películas, como La
juventud de Paolo Sorrentino, con reparto internacional,
películas entretenidas como Quo vado? (2014) de Gemaro
Nunziante y han vuelto a rodarse en Italia importantes películas
extranjeras, como la nueva versión de Ben Hur o el último
James Bond, Spectre, que han dejado en Italia 163 millones de
euros. Las desgravaciones, devolución de impuestos, se elevan a partir de 2017 al 30% para
productores, distribuidores y salas de cine que proyecten películas italianas sean
nacionales o extranjeros los productores o distribuidores. Esta desgravación puede ser
del 40% para productores independientes que distribuyan sus propias
películas. Y la restauración de salas de cine históricas y la restauración de películas
tienen también derecho a la desgravación del 30%.
En Irlanda la Ley
Cinematográfica de 1970 fue el primer paso para impulsar su cine propio.
El Irish Film Board se crea en 1981 y las ayudas a la producción fueron
reemplazadas en la práctica por un atractivo sistema de desgravaciones creado
por la Ley de Finanzas de 1987, conocida como la Sección 35. Esta
iniciativa capta inversores de sociedades y de personas físicas, ya que permite
desgravar hasta el 32% del 80% del presupuesto,con el limite de la obligación fiscal. Aportan una
financiación media del 60% en las películas de bajo o medio presupuesto y del
50% en las de alto presupuesto. De esta forma se ha podido desarrollar el cine
irlandés, que ha aumentado su producción a 32 largometrajes ya en 2014,
lo que no está nada mal en un país de 4 600 000 habitantes. Anteriormente su
producción oscilaba entre 1 y 5 al año. La finalidad de estas desgravaciones es
la creación de empleo, el desarrollo del interés de los inversores y la
producción de películas de calidad, que sean aceptadas por el público. Las
ventajas fiscales han impulsado las coproducciones en las que directores de
otros países captan perfectamente la realidad irlandesa. El interés de las
desgravaciones atrae el rodaje de películas extranjeras de alto
presupuesto. Mientras el cine netamente irlandés aumenta su aceptación con
películas como La habitación (2015) de Lenny Abrahamson
o Brookyn (2015) de John Crowley.
El impulso del cine
en Holanda se debe a la política fiscal basada en las desgravaciones, iniciada
en 1999: 35% para producciones de cine y 30% para producciones para televisión. Las ventajas fidcales se amplían aprovechando las ya existentes Sociedades de responsabilidad privada limitada (conocidas por sus siglas holandesas BV) que entre otras ventajas no pagan impuestos por los dividendos.. por término medio. Esta
política ha permitido el desarrollo de una cinematografía de calidad, pero
pensada para tener en la mayoría de los casos éxito de público, ya que como en Irlanda deben amortizarse con el público. En la
actualidad sigue la buena racha del cine holandés que interesa a los espectadores, destacando al timpo un cine de
autor, Matterhorn (2013) de Diederik Ebbinge y un
cine comercial bien realizado, Wolf (2013) de Jim
Taihuttu.
Las productoras que tienen su domicilio en Canarias desgravan el 40% del primer
millón de euros y desciende al 38% con el límite 5 400 000 euros. Los rodajes de
películas extranjeras tienen una desgravación del 35% con el límite de 4 500
000 euros. Los últimos tres años se ha producido un boom de
rodajes en Canarias debido a estas ventajas fiscales. En los últimos tres años
se han rodado más de 20 películas; Ron Howard, En el corazón
del mar (2015) y Ridley Scott Exodus (2014), dejando
unos ingresos en Canarias, entre ambas, de 12 millones de euros. En conjunto,
desde hace cuatro años, los ingresos han sido de 130 millones de
euros. También las notables deducciones para películas españolas ha
atraído el rodaje de películas españolas de otras Comunidades- El régimen
fiscal propio de Navarra y País Vasco les ha permitido establecer unas
desgravaciones superiores para los rodajes en estas Comunidades del 35% y del
30% respectivamente.
El sistema español es complejo, por lo que ha tardado en
generalizarse. Regulado por la Ley del Cine de 2007 y por la Ley del Impuesto
de Sociedades de 2004, hoy día es imprescindible para gran parte del cine
español. La desgravación actual es del 20% para el primer millón de euros y
baja al 18% hasta el límite de 3 millones de euros. Es necesario que el
productor cree una Agrupación de Interés Económico (AIE), que tiene
personalidad jurídica y carácter mercantil y es la herramienta fiscal para
captar a los inversores que deben ser sociedades o personas físicas que
pertenezcan a la categoría de trabajadores autónomos. Pueden desgravarse todos
los gastos de rodaje, incluyendo copias, promoción y publicidad, excluidos los
costos de distribucióñ y las subvenciones. El inversor trata de garantizarse la
devolución, por lo que habitualmente pacta cubrir el riesgo de su inversión con
el importe del beneficio fiscal, mientras por su
parte el productor quiere que los beneficios que obtenga la
explotación de la película sean para él. La Agrupación de Interés
Económico no tiene ánimo de lucro para sí misma.
La AIE se inscribe como productora en el Registro
correspondiente del Ministerio de Cultura. Actúa como productora a través
de su inversión y adquiriere la titularidad de los derechos, participando en
los acuerdos correspondientes con el productor, que actúa como productor
ejecutivo. La AIE actúa, en nombre y por cuenta propia, en los contratos de
financiación con las entidades bancarias, cobra las subvenciones públicas
y firma los contratos de venta de derechos y distribución. El productor
original de la película entra en la AIE con una cesión de los derechos
adquiridos sobre el guión. Existe absoluta flexibilidad temporal para invertir
en cualquier momento de la producción y antes de la calificación por el
Ministerio de Cultura. Hay libertad para mantener la AIE o disolverla, aunque
lo normal es la disolución a los cinco años de su constitución. tiempo
necesario para la producción, normalmente dos años, y tres la amortización. La AIE es la titular
de los derechos de propiedad intelectual de la obra audiovisual en tanto la AIE
está activa. Cuando se liquida la AIE, el productor original, mediante una
transferencia de derechos, recupera para su productora la propiedad de la
película. Se trata de una sociedad en régimen de transparencia
fiscal, la opacidad en los modelos de desgravación llevan a abusos que terminan
con su suppresión, como ocurrió en EEUU y ahora se corre el mismo riesgo en
Bélgica donde han sufrido varias defraudaciones.
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